Cuando hubo terminado, el predicador recordĆ³ que no se habĆa recogido ninguna ofrenda. Buscando en el bolsillo, sacĆ³ una moneda de diez centavos y lo depositĆ³ en el cepillo junto a la puerta de entrada.
Fuera, puso a su hijo sobre el lomo del caballo. Ya estaba a punto de montar cuando el tesorero de la iglesia lo detuvo.
āPastor, queremos agradecerle que hoy haya venido a darnos un mensaje. Es costumbre de nuestra iglesia que entreguemos al orador todas las ofrendas que se hayan recogido en el cepillo despuĆ©s del culto.
Y con esto, el tesorero le entregĆ³ una moneda de diez centavos.
El hijo del hombre mirĆ³ a su papĆ” y le dijo:
āPapĆ”, si hubieses dado mĆ”s, te habrĆan dado mĆ”s, Āæverdad?
Lo que ponemos en la vida es mucho mƔs de lo que recibimos de ella. Si somos amables, tendremos amigos. Si estudiamos tendremos mejores notas. Si participamos en actividades de la iglesia y de la escuela, sentiremos mƔs que somos parte del grupo. Si buscamos a Dios, lo encontraremos.
Pero deseamos que cada uno de ustedes siga mostrando hasta el fin ese mismo entusiasmo, para que se realice completamente su esperanza. No queremos que se vuelvan perezosos. Hebreros 6:11,12.
Las personas que recibirƔn mƔs de la vida son aquellas que pusieron mƔs.
Recibes lo que das
Reviewed by Yasper
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13:27:00
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